Todos tenemos buenos hábitos y malos hábitos. Un hábito es atarse los cordones, no tienes que pensar en cada movimiento, has repetido este hábito tantas veces que se ha convertido en automático. Pero también podemos tener malos hábitos, un mal hábito puede ser estar comiendo papas fritas cada día para almorzar junto con una hamburguesa, incluso comiendo esto sin verlos mientras comes.

HABITOS #5

El cerebro no sabe si un hábito es bueno o malo. Cuando se trata de un hábito alimenticio, empieza con las señales del cuerpo que puede ser sensación de ansiedad y luego cambia el comportamiento pues te enojas o te sientes incomodo, entonces la hora del hambre y el ansía por comer una “hamburguesa con papas fritas” te hace ir por la comida rápida y se te quita la ansiedad y viene la sonrisa a tu rostro.
Si ya tienes identificados tus malos hábitos una opción para convertirlos en buenos, puede ser cuidar la hora del hambre al planificar, una barra de proteína 30 minutos antes del momento de la ansiedad es una buena opción para evitar salir y comer golosinas. También sirve estar lejos del olor de la comida que quieres evitar recordando que contiene 800 calorías vacías las papas fritas, hamburguesas más gaseosa que además contiene azúcar en exceso.
Otra opción puede ser tomar un batido rico en proteínas con solo 300 calorías y ahorrarte 500 calorías y luego dar un paseo de 1 hora después del almuerzo en el interior o al aire libre dependiendo del clima o caminar de regreso a casa en lugar de estar sentado en el auto o bus.
Si repites este comportamiento día a día y semana tras semana y por unas 12 semanas se volverá un hábito y no tendrás que pensar en ello ya que has cambiado tu señal y elegiste un comportamiento diferente.
La recompensa por la aplicación de este conocimiento más saludable que estás recibiendo y aplicándolo día a día es una pérdida de una libra por mes.